Se Venden: Mis Chicles y Mi Futuro
Abstract
Cuando alguien visita la Ciudad de Oaxaca, hay algunas cosas que nadie puede evitar: mole, mezcal, los mercados, Monte Albán, Santo Domingo y los vendedores en las calles. Muchos indígenas salen de sus pueblos a buscar mejores oportunidades en la ciudad y la mayoría encuentra a ellos mismos vendiendo cosas en los mercados o los calles. Estas familias frecuentemente tienen muchos hijos y no ganan bastante dinero para alimentar a todos o enviarlos a escuela. Por eso, un número significante de estos vendedores son niños. Ellos molestan a la gente pasando por la calle, más a los turistas, para que les compren cosas o les regalen pesos. La respuesta más común es "no, gracias" y luego, "déjame", pero debe ser "¿qué haces en la calle? ¿Porque estás trabajando? ¿Y la escuela?"